Después del huracán Otis, la escasez de materiales y de fuerza de trabajo dificultan la recuperación de Acapulco
“En las noticias vimos que la llegada del huracán Otis estaba programada para las 5:00 de la mañana, pero fue a las 11:00 de la noche que comenzó a sentirse el aire bastante fuerte. (Otis) empezó a volar láminas, a tirar árboles, se cortó el servicio eléctrico, la telefonía” compartió Leovigildo, habitante de la colonia Ciudad Renacimiento, Acapulco de Juárez, una de las afectadas por el desastre natural ocurrido en octubre del 2023.
“Fueron casi cuatro horas muy intensas. Vecinos, familiares y amigos coincidimos en que el sentimiento en ese momento era de que había llegado el final”, dijo el hombre de 60 años; a tres meses de lo ocurrido, los acapulqueños enfrentan todavía dificultades para rehacer sus viviendas.
De acuerdo con Oscar Montoya, gerente general de Materiales San Cayetano, se ha registrado un repunte en el costo de los materiales para la construcción en la zona afectada por el huracán Otis. A principios del 2024, la compañía encontró que los precios de algunos insumos, como el cemento, son hasta 15% más elevados que en el centro del país.
“Hay mucha demanda y la oferta no alcanza a satisfacer el mercado, por lo que los precios están incrementando y se buscan proveedores de otras regiones. Esto va a pegar en el tema inflacionario del sector, especialmente, con los distribuidores locales”, indicó el experto en entrevista para Econohábitat.
Montoya añadió que los materiales que se necesitan con mayor urgencia para la reconstrucción de Acapulco son:
- Cemento
- Grava
- Arena
Así como insumos de construcción ligera, tales como la Tablaroca, el block, cancillería, aluminio e instalaciones eléctricas.
Por su parte, Leovigildo agregó que, algunas empresas se han unido a los programas de apoyo del gobierno federal para ofrecer productos a menores precios, pero “el detalle es que no hay material, se hace el pedido y muchas personas siguen en lista de espera de sus materiales”, declaró.
Ante el cuestionamiento sobre si los apoyos del gobierno federal (de entre 35,000 a 60,000 pesos por familia) alcanzarían para cubrir los gastos para la rehabilitación de los hogares, Montoya indicó que todo dependerá del daño de cada inmueble.
“Hemos observado que el problema principal de las viviendas era que sus losas eran de lámina, al momento del huracán, se desprendieron y se dañaron todos los enseres domésticos. Por fortuna, la parte de los muros no se vio tan afectada y en estos casos, con el apoyo del gobierno podrían salir adelante, pero las viviendas que estaban en zonas de alto riesgo con deslaves, en donde se dañaron muros y pisos, no serán suficientes los recursos que se ofrecieron”, afirmó el especialista.
Sin mano de obra
Además de los escasos materiales, en Acapulco se ha presentado una falta de mano de obra para los trabajos de rehabilitación de las viviendas. Leovigildo expuso que, ante esta situación, los acapulqueños han tenido que llevar a cabo la reconstrucción de sus hogares por mano propia.
“Toda la gente está tratando de reconstruir su casa, pintarla, arreglar detalles, poner videos, ventanales, restablecer bardas que se afectaron; el problema es que no hay gente disponible para hacerlo. Cada quien hace su trabajo conforme puede, poco a poquito”, agregó el habitante de Cd. Renacimiento.
Al respecto, el presidente nacional de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Javier Solares, declaró que existe un riesgo de fallos estructurales en la autoconstrucción de vivienda sin asistencia, por lo que se ha propuesto un programa de capacitación a la población.
“No cualquiera puede construir una casa, pero hay una gran escasez de fuerza de trabajo en el estado de Guerrero. Es por ello que entregamos un plan a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, para dar capacitación gratuita a todos los habitantes de Acapulco, especialmente, a quienes se quedaron sin empleo”, mencionó en entrevista.
La iniciativa no se ha puesto en marcha, ya que se analiza la posibilidad de otorgar un apoyo económico a los participantes, financiado por los tres órdenes de gobierno, el sector turístico y las empresas constructoras de la zona.
Entre tanto, Leovigildo aseguró que el pueblo de Acapulco se mantiene optimista, con el avance lento, pero firme, de la recuperación del puerto.
“Hace poco visité la costera por primera vez desde el paso de Otis, fue asombroso ver que el agua está transparente. Eso me llenó de motivación, ver cómo la naturaleza se está revistiendo, nosotros tenemos que hacer lo mismo como seres humanos”, concluyó.